Cristo de la humildad

Santo Cristo de la Humildad. Talla sobre madera de cedro colombiano realizada y policromada por el imaginero cordobés Enrique Ruiz Flores. Entregada en 2002, representa a Jesús en postura sedente, desnudo, humillado y orante, con sus brazos extendidos, en los momentos previos a ser clavado en la Cruz.

Procesiona el Domingo de Ramos a la tarde por el barrio de Begoña y en la Procesión del Santo Entierro, el Viernes Santo por la tarde. Es portado a hombros por veinticuatro cargadores.

Recibe culto en la Iglesia del Sagrado Corazón (Residencia de los PP Jesuitas de la calle Alda. de Urquijo).

Tiene su culto el viernes anterior al Viernes de Pasión, dos días  antes de su traslado al Museo de Pasos de Semana Santa de Bilbao, donde se prepara para sus desfiles procesionales.

El Santo Cristo de la Humildad es la primera imagen adquirida en propiedad por la Hermandad en sus cincuenta años de historia.

La iniciativa surgió de un grupo de cofrades que en el año 2001 plantean a la Junta el problema de que nuestra Hermandad participa en las procesiones del Jueves y Viernes Santo en cuerpo de Comunidad, con un importante grupo de cofrades y, sin embargo, no porta ningún paso.

Tras varias consultas, especialmente entre aquellos cofrades que siempre han dado muestras de su generosidad, y una vez conseguidas las primeras aportaciones se inician las gestiones. Para realizar el trabajo, la Hermandad busca un imaginero joven, reconocido por sus trabajos pero aún promesa, decidiendo ponerse en contacto con Enrique Ruiz Flores, imaginero cordobés que estaba comenzando a destacar por sus excelentes obras.

Siguiendo la costumbre de la Semana Santa en Bilbao de no repetir ninguna escena de la Pasión, para hacer así una catequesis coherente por la calle, la Hermandad de Begoña se acoge a una devoción muy extendida en el Sur de la Península, en Canarias y en Sudamérica, en la que, bajo la advocación de Cristo de Humildad y Paciencia, se representa a Jesús desprendido de sus vestiduras, sedente y orante en el momento previo a ser clavado en la Cruz.

Entre varias posibilidades de la misma advocación o escena, en unos casos con la cara apoyada sobre su mano, que reposa en la rodilla, y en otros con sus manos unidas en actitud orante, se decide que el Santo Cristo de la Humildad tenga las manos separadas en actitud orante, al modo del gesto hebreo.

Ya hecha realidad, la imagen es bendecida en la Catedral de Bilbao, en un solemne acto presidido por el Excmo. e Ilmo. Obispo de Bilbao D. Ricardo Blázquez el 1 de Marzo de 2002. Participaron la Coral San Antonio de Iralabarri durante el acto litúrgico y un grupo de profesores de la Banda Municipal de Bilbao, que interpretaron Música de Capilla durante el Besapie con el que finalizó el acto.

El Acta de Bendición fue firmada, como Padrinos, por las siguientes instituciones: Excmo. Ayuntamiento de Bilbao y Excma. Diputación Foral de Bizkaia, Cofradía de la Santa Vera Cruz de Bilbao, Hermandad de Amargura, Humildad y Paciencia de Cádiz, Santa y Real Casa de Misericordia, Colegio Hijas de la Cruz de Bilbao y Universidad de Deusto. Firmaron como Testigos: Iñaki de Barquín Abbad, Colegio Asbibe, Luis Arbulu, Leonardo Lumbreras, Francisco Gerardo García Moreno y Colegio Oficial de Enfermería de Vizcaya. Completaron el Acta el Excmo. Obispo de Bilbao D. Ricardo Blázquez, el Secretario de la Hermandad Miguel Ángel González Lombraña, el Hermano Abad Javier Diago Elorduy y el propio imaginero.

Al día siguiente la imagen fue trasladada solemnemente a la Iglesia del Sagrado Corazón, conocida popularmente como la de “La Residencia de los P.P. Jesuitas”, en un cortejo en el que el Santo Cristo procesionó custodiado por la Policia Municipal de Bilbao vestida de gala, sobre en un paso de traslado cedido por la Cofradía de la Santa Vera Cruz.

En la recepción del templo tuvo lugar el hermanamiento de la cofradía bilbaína con la de Amargura, Humildad y Paciencia de Cádiz, conocida popularmente como la de los Vizcaínos por estar fundada en el siglo XVI por foráneos de la Comunidad Vasca.

NOVENA

SANTO CRISTO DE LA HUMILDAD

Al empezar:

¡Oh Jesús!. Ante tus pies me postro y en esas manos que extiendes ofreciendo tu Pasión, pongo yo mis alegrías y tristezas, mis ilusiones y preocupaciones.

5 minutos de meditación.

Al terminar:

Te agradezco, Jesús mío, que hayas puesto en mi corazón propósitos de mejora en mi vida personal y cristiana y te pido ayuda para conseguirlo y ser cada día mejor testimonio de tu Mensaje Redentor.

Rezar despacio un Padrenuestro.

(9 días).