Virgen de la caridad

Nuestra Señora de la Caridad. Talla sobre madera de cedro colombiano realizada y policromada por el imaginero cordobés Enrique Ruiz Flores.

Entregada en 2003, representa a Maria sumida en un profundo dolor,  que con gesto sereno se une  en oración a su Hijo en los  últimos momentos de la Pasión. En sus mejillas tres lágrimas y en su mano una cadena que simboliza la libertad de convictos de la cárcel de Larrínaga que la Hermandad de Begoña consiguió entre los años 1948 y 1964.

Procesiona el Domingo de Ramos a la tarde. Su trono es portado por 24 cargadores.

Recibe culto en la Iglesia del Sagrado Corazón (Residencia de los PP Jesuitas de la calle Alda. de Urquijo).

Tiene su culto en un Solemne Triduo que se celebra con motivo de la fiesta de la Candelaria del 2 de Febrero.

La presente talla de Nuestra Señora de la Caridad tuvo su antecedente en otra que procesionó cada tarde del Domingo de Ramos por el barrio de Begoña desde 1998 hasta 2003. Aunque la Hermandad de Begoña organizaba en su primera etapa la Procesión del Silencio, lo hacía sin ninguna imagen procesional.

La primera imagen de Nuestra Señora de la Caridad era cedida para el desarrollo de la Procesión por la familia Barquín. Se trataba de una valiosa obra de pequeño tamaño, 120 centímetros, de autor anónimo del siglo XVIII, que estaba expuesta al culto durante la Novena previa a su salida procesional. Durante la Semana Santa de 2003 y ante las circunstancias climáticas, la delicadeza de la talla se hizo patente y se decidió que, a pesar de su valor y del arraigo que tomaba su devoción entre los vecinos del barrio, era preciso adquirir una nueva talla, propiedad de la Hermandad y expuesta al culto todo el año, junto al Santo Cristo.

Así, con las inestimables facilidades del imaginero Enrique Ruiz Flores, se le encargó la realización de la imagen. La talla es donada en su totalidad a la memoria de Lucía Abbad y Cheli de Barquín por su hijo, que era también el cesionario de la anterior imagen.

El encargo era una representación de la Virgen acompasada a la del Santo Cristo de la Humildad, de edad madura y con gesto de dolor sereno y profundo. La interpretación de estas simples directrices por parte del artista fue auténticamente impresionante, dando como fruto una de sus mejores obras.

La imagen es bendecida solemnemente por el  Excmo. e Ilmo. Obispo de Bilbao, Don Ricardo Blázquez, el 7 de Diciembre de 2003, durante una Eucaristía en la Basílica de Begoña, templo expresamente elegido por el propio Obispo al efecto. Con la participaron la Coral San Antonio de Iralabarri, tras la ceremonia tuvo lugar un impresionante Besamano de la imagen que duró cerca de una hora, en el que varios miles de personas se acercaron a las plantas de la Virgen.

El Acta de Bendición fue firmada, como Padrinos, por Juntas Generales de Bizkaia, la Cofradía de Nuestra Señora de la Merced, Hermanitas de los Pobres, Parroquia de la Cruz de Mallona, Colegio Berrio Otxoa de Santutxu y Residencia de los PP Jesuitas, y como Testigos firmaron Iñaki de Barquín Abbad, Luis Arbulu, Emeterio Rubio,  Jaime Larreta, Manuel Maria Vélez y Joseba Rodríguez. Completaban el Acta el Excmo. Obispo de Bilbao, D. Ricardo Blázquez, el Secretario de la Hermandad Miguel Ángel González, el Hermano Abad Javier Diago y el propio imaginero.

Tras el Besamano, la imagen salió de la Basílica, en un hecho histórico sin precedentes, siendo la primera imagen que lo ha hecho, a excepción de la propia Virgen de Begoña. Un atronador castillo de fuegos artificiales sirvió de anuncio de este acontecimiento. A continuación, como centro de un cortejo piadoso, fue trasladada solemnemente a la Iglesia de la Cruz de Mallona, donde recibió innumerables visitas durante la Novena en que fue expuesta al culto.

Finalizada la Novena, fue trasladada a la Iglesia del Sagrado Corazón, conocida popularmente como “la Residencia de los PP jesuitas” donde ha sido acogida con extraordinario entusiasmo por los fieles que la visitan a diario junto al Santo Cristo.

La imagen procesionó por primera vez en la Semana Santa de 2004 y, excepcionalmente, lo hizo el Lunes Santo en la popular Procesión del Nazareno.

ORACIÓN

Nuestra Señora de la Caridad

¡Oh, María, Madre llena de Amor, Señora de la Caridad! Tú, que sumida en un profundo dolor acompañaste a tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, y oraste con Él por nuestros pecados y por los de toda la Humanidad, no dejes que llegue el desconsuelo a nuestra alma y, cuando nos veas afligidos, humillados o apesadumbrados, danos refugio y acógenos bajo tu manto.

¡Oh, Virgen de las vírgenes, Auxilio de los cristianos! Recoge en tus manos purísimas nuestras súplicas (pídase), preséntalas ante el Padre y ruega por nosotros, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Rezar despacio un Ave Maria.