Procesión en Begoña

MEMORIA

La reinstaurada Hermandad de Begoña se propuso, ya desde el principio, la organización de una procesión que sirviera a sus miembros como horizonte para manifestar en Comunidad su testimonio de vida de penitencia en la calle.

 

Así, ya en 1996, una vez finalizados los actos de Semana Santa, la Junta propuso al Excmo. e Ilmo. Obispo D. Ricardo Blázquez la organización de una procesión por su propio barrio, consulta habitual cada vez que la Cofradía tiene una iniciativa con repercusión pública.

 

  1. Ricardo les aconsejó que se dirigieran al Obispo auxiliar D. Karmelo Etxenagusia, conocedor de las circunstancias del barrio por haber sido Párroco de la Basílica de Begoña, quien recomendó a los cofrades un tiempo de espera para consolidar la Hermandad.

 

Siguiendo esta directriz, el año 1997 no hubo procesión del barrio. Sin embargo, tras la exitosa Romería del 11 de octubre de ese año, a la que asistieron decenas de miles de personas, se volvió a tomar contacto con D. Karmelo, quien remitió a la Hermandad al entonces Vicario Episcopal de la zona de Begoña, D. Ángel Unanue. Éste, tras escuchar la propuesta, redactó un documento para la Hermandad de Cofradías, en el que manifestaba que, “siendo la Hermandad Penitencial de Nuestra Señora de Begoña una Asociación Privada de Fieles, podría organizar la Procesión de la tarde del Domingo de Ramos”.

 

Tras ello y en una decisión sin precedentes, la Hermandad de Begoña sometió la propuesta a votación en la Hermandad de Cofradías de Bilbao, exponiendo claramente los justificados motivos que tenía para organizar una procesión, pero poniendo en manos de esta Hermandad la última decisión, que sería acatada en cualquier caso. La propuesta fue aprobada por mayoría aplastante en la Hermandad de Cofradías.

 

Así, la Hermandad de Begoña organizó por fin la procesión del Domingo de Ramos por la tarde en la Semana Santa de 1998. En aquella primera ocasión, la Cofradía consiguió la cesión por parte de la familia Barquín de una imagen de pequeño tamaño, vestida con saya brocada crema y manto azul, confeccionada de forma desinteresada por Maria Pérez, madre de dos hermanas cofrades, y tocada con una pequeña corona de camarín. Para recuperar la tradición bilbaína de portar los pasos al hombro se pidió a la Cofradía de la Santa Vera Cruz una pequeña parihuela de traslado, que fue ornamentada por el artista floral Julio Ojeda.

 

La nueva imagen hizo su salida procesional desde la Iglesia del Convento de las Agustinas de Santa Mónica, tras una sencilla Cruz de Guía de dos tablas, e iba acompañada por los txistularis, las Bandas de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Begoña y de la Cofradía del Apóstol Santiago y seguida por la Banda Municipal de Bilbao.

La Virgen procesionó sobre esa parihuela los años 1998 y 1999 y con el mismo recorrido: salida de Santa Mónica para bajar al barrio de la Cruz y subir de nuevo a Santa Mónica por un complicado itinerario lleno de cuestas.

 

En el año 2000, la Hermandad adquiere una nueva parihuela más amplia, a la que se añaden dos ánforas de plata donadas por un cofrade, y se modifica el recorrido, saliendo del Barrio de la Cruz y subiendo hasta la calle Zabalbide para retornar al mismo lugar.

En el año 2001, se adquiere la candelería del paso de la Virgen por sufragio popular. En el año 2002, se incorpora a la Procesión el paso del Santo Cristo de la Humildad. Dado que el elevado número de cargadores necesarios para portar al Santo Cristo y a la Virgen en la circunstancias de la Semana Santa en Bilbao, se decide volver a pedir prestada la parihuela a la Cofradía de la Vera Cruz para cargar al Santo Cristo. Se da la circunstancia que, al llegar la Procesión a la Basílica de Begoña, el Fiscal de la Procesión advierte la presencia del Obispo de Bilbao y lo comunica a la Junta, que rápidamente reflexiona (“si el Obispo está aquí, la procesión llega hasta aquí”) y decide hacer esperar al Santo Cristo la llegada del paso de la Virgen y cantar la Salve en ese Encuentro. Después, tras un pequeño recorte en el recorrido, la procesión retorna hacia la Parroquia de la Cruz.

 

 

En el año 2003 se encarga un paso para la Virgen a los talleres cordobeses de Oscar Soria, que se iría tallando y dorando a lo largo de los años. Así, la pequeña imagen de Nuestra Señora de la Caridad estrenó en 2003 el nuevo trono y fue acompañada en la procesión por la Banda de Cornetas y Tambores de Santo Sepulcro de Palencia, precedida por el Santo Cristo en la parihuela de la Vera Cruz, al que a su vez acompañaba la música de la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Begoña.

 

El año 2004 llega la nueva y definitiva imagen de Nuestra Señora de la Caridad y comienza el dorado de su paso. Acompaña a la Cruz de Guía la banda de txistularis, al Santo Cristo la Banda de Cornetas y Tambores de la Hermandad de Begoña y a la Virgen la Banda de Cornetas y Tambores de la Victoria de León. El Cristo se carga en un paso de traslado de nueva realización.